sábado, 5 de septiembre de 2009

Fritanga de política y religión

En el prólogo de Taxi, el autor advierte que en algunos temas delicados sobre la situación política de Egipto, los amigos abogados le aconsejaron ser prudente y él decidió no entrar. Así lo ha preferido a tener que abandonar el país o ser encarcelado y torturado por las autoridades. Pero aunque haya cierta autocensura, leyendo el contraste de opiniones de los taxistas y otros personajes, queda bastante claro que en Egipto se gobierna sin respetar la libertad de expresión ni los derechos humanos: cuidado con según qué chistes o con dar nombres de presuntos corruptos en el poder…

Mubarak: ¿Qué piensa usted sobre el color de mi cabello?
HOMBRE: No es el color de su cabello lo que me preocupa.
(Fuente: zawaya al maraya)


Hosni Mubarak es el presidente de Egipto desde 1981. Las elecciones del país siempre han estado bajo sospecha de manipulación para garantizar su permanencia en el poder. Incluso pretende que su hijo herede algún día la presidencia, todo como si se tratara de un rey… Taxi menciona las pseudo-pancartas electorales que en El Cairo, supuestamente, el pueblo egipcio agradecido escribe dirigidas a su mandatario y rezan: “Los fetos en las barrigas de las madres dicen sí a Mubarak”…

Otra cosa es la religión... de la que sin duda los gobiernos mal llamados democráticos y los grupos integristas se aprovechan para controlar la población, en este caso la islámica. El escritor egipcio Alaa Al-Aswany lo explica muy bien en este artículo: ¿Odian los occidentales el islam?

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